Las relaciones entre España y China atraviesan una etapa de madurez y expansión sin precedentes. En apenas una década, la distancia entre ambos países se ha acortado a golpe de comercio, inversión y tecnología. En 2024, el intercambio bilateral superó los 470.000 millones de euros, consolidando a China como el primer socio comercial de España fuera de la Unión Europea, según datos del ICEX. Pero más allá de las cifras, esta alianza representa una visión compartida de futuro: innovación sostenible, movilidad eléctrica y cooperación industrial.
Comercio bilateral: del jamón ibérico al coche eléctrico
Durante años, España fue sinónimo de productos agroalimentarios de alta calidad: jamón ibérico, aceite de oliva, vino o mariscos que triunfan en el exigente mercado chino. Hoy, esos mismos contenedores que cruzan medio mundo también transportan piezas para vehículos eléctricos, componentes tecnológicos y maquinaria industrial. El tren Yiwu-Madrid, con más de 1.700 viajes acumulados desde su inauguración, simboliza esa conexión que une los puertos mediterráneos con el corazón de Asia.
Según el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, las exportaciones españolas a China crecieron un 28 % en 2024, impulsadas por el sector agroalimentario y la tecnología verde. Al mismo tiempo, las importaciones chinas han ayudado a modernizar la base productiva española, reduciendo costes y acelerando la transición digital de las pymes.
Inversión y tecnología: una nueva ola industrial
La cooperación económica no se limita al intercambio de mercancías. En 2024, la inversión directa china en España alcanzó los 11.000 millones de euros, el doble que en los ocho años anteriores, según datos del Banco de España. Proyectos como la fábrica de baterías de Envision en Navalmoral de la Mata, la alianza CATL-Stellantis para la producción de vehículos eléctricos o la joint venture Chery-EV Motors en Barcelona muestran cómo la colaboración tecnológica puede generar empleo, transferencia de conocimiento y valor añadido local.
Este modelo de cooperación es más maduro y equilibrado: las empresas chinas apuestan por la participación minoritaria, valorando la experiencia industrial española y la estabilidad jurídica del país. A su vez, España refuerza su presencia en el mercado asiático con empresas como Gestamp, Antolin o Acciona, que participan en proyectos de energías limpias, infraestructuras y movilidad.
“Las economías que apuesten por la colaboración tecnológica y la sostenibilidad compartirán el liderazgo global”, destacó recientemente Margaret H. Chen, presidenta honoraria de China Club Spain, durante un encuentro bilateral en Madrid.
Energía y sostenibilidad: la gran oportunidad compartida
El futuro de la relación hispano-china pasa por la energía verde. España, con su potencial solar y eólico, y China, con su capacidad industrial y su liderazgo en almacenamiento energético, están llamadas a cooperar en un campo estratégico. El Plan de Acción 2025-2028 firmado entre ambos gobiernos prioriza la eficiencia energética, la descarbonización industrial y el desarrollo de redes inteligentes.
España podría convertirse en el hub europeo de movilidad sostenible, atrayendo inversión extranjera y capital tecnológico desde Asia. De hecho, la participación de compañías chinas en proyectos de hidrógeno verde y electrificación del transporte abre nuevas oportunidades para la industria nacional.
El papel del País Vasco en la nueva cooperación
La región vasca se ha convertido en un ejemplo de esta sinergia. Su sólida base industrial, su apuesta por la transición energética y su ecosistema de innovación encajan perfectamente con los intereses de inversión chinos. Desde la automoción hasta los componentes eléctricos, las empresas vascas están encontrando en China un socio estratégico para acelerar su internacionalización. Bilbao y Shenzhen, dos ciudades que representan la reinvención industrial del siglo XXI, ya comparten proyectos en digitalización, movilidad y energía.
El País Vasco, con su tradición tecnológica y su capital humano cualificado, puede ser la puerta europea hacia esa nueva era de cooperación sostenible.
Un entendimiento más allá de los números
Más allá de los datos, la alianza entre España y China demuestra que el crecimiento puede tener un rostro humano. La apertura, el diálogo y la cooperación industrial son hoy herramientas para construir un futuro más equilibrado. Frente a un contexto global marcado por el proteccionismo, ambos países eligen el camino del entendimiento.
El reto ahora es mantener esa confianza mutua y seguir transformando la colaboración económica en progreso social. Porque cuando la innovación se pone al servicio del bienestar colectivo, las distancias se acortan y los puentes se hacen más sólidos.
FAQ
¿Cuánto exporta España a China actualmente?
En 2024, las exportaciones españolas superaron los 9.000 millones de euros, destacando los productos agroalimentarios, la automoción y las energías renovables (ICEX, 2025).
¿Qué sectores concentran la inversión china en España?
Principalmente energía verde, automoción eléctrica, tecnología industrial y bienes de consumo (Banco de España, 2025).
¿Qué beneficios obtiene España de esta cooperación?
Mayor diversificación de mercados, acceso a tecnología avanzada, creación de empleo y refuerzo del tejido industrial nacional.
¿Por qué el País Vasco es clave en esta relación?
Por su base industrial, su capacidad de innovación y su liderazgo en energías renovables y movilidad sostenible.
¿Cuál es el papel de la Feria Internacional de Importación de China (CIIE)?
Es una de las principales plataformas de promoción para empresas españolas, con más de 20.000 m² de exposición y acuerdos por 3.000 millones de euros en la última edición (ICEX, 2024).
Fuentes
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El Correo. China y España: una alianza estratégica para liderar el futuro (30 de octubre de 2025).









